Murdoch busca expandir los horizontes vitivinícolas de su finca Moraga
Rupert Murdoch, el consagrado empresario australiano de medios de comunicación, ha recibido recientemente atención por su incursión decidida en el campo de la viticultura. Su premisa: hacer globalmente famosos los vinos producidos en su finca Moraga, ubicada en Bel Air, California. De hecho, esta propiedad tiene la distinción de ser el único viñedo situado en la ciudad de Los Ángeles.
Murdoch, quien a la envidiable edad de 93 años ha celebrado recientemente su quinto matrimonio, adquirió la finca de 16 acres en 2013 pagando una suma de 22,3 millones de dólares. Al adquirir la propiedad a Tom Jones, antiguo propietario y CEO de la empresa de tecnología aeroespacial y defensa Northrop Grumman, se comprometió a mantenerla como un viñedo operativo. En su día, el terreno fue un rancho de caballos, pero en 1980 Jones tomó la decisión de plantar viñas.
Un desafío enológico
A pesar de que el negocio vitivinícola no genera grandes ingresos y tiene el potencial de producir alrededor de 10.000 botellas al año, esto no ha disuadido a Murdoch de embarcarse en este desafío enológico. En un esfuerzo por promocionar la marca Moraga, el magnate ha tomado varias iniciativas audaces.
Por un lado, el año pasado puso al frente de su departamento de ventas y mercadotecnia a Suzette Hébert, con el objetivo de aumentar su presencia en el sector horeca, especialmente en restaurantes de alta gama. Adicionalmente, ha decidido abrir Moraga al público, ofreciendo catas de vino a razón de 150 dólares por persona.
La granja actualmente produce unos 500 cajones de vino tinto que se vende al por menor a 140 dólares, y un Sauvignon Blanc que se comercializa a 92 dólares. Sin duda, Rupert Murdoch se encuentra inmerso en una apuesta a largo plazo, buscando revalidar su éxito empresarial en el competitivo mundo de la viticultura.