Con el objetivo de preservar la diversidad vinícola que atraviesa una situación crítica, el Consorzio Tutela Vini Colli Berici e Vicenza ha emprendido una prometedora iniciativa. Se trata de un innovador proyecto de investigación que pretende crear un viñedo de experimentación de 500 metros cuadrados, reservado para el cultivo de alrededor de 20 variedades de uva antiguas, algunas de las cuales son gambugliana, leonicena, pomella, quaiara, rossa burgan, denela y saccola.
Conservación a través de Innovación Vitícola
La ubicación prevista para cumplir con esta misión es Lonigo (VI). Este proyecto se enmarca en una serie de iniciativas destinadas a establecer una red de colaboración entre empresas, instituciones y centros de investigación. La meta principal es identificar, proteger y vinificar los numerosos viñedos autóctonos que están en peligro de extinción.
Como afirma Giovanni Ponchia, director del Consorzio, no solo buscan salvaguardar las variedades de uva con alto riesgo de desaparición, sino que también, este «campo catalogo» pretende proveer un seguimiento multianual para entender cuáles son las variedades más capaces de enfrentarse a los desafíos climáticos actuales.
Por otro lado, el viñador Giovanni Leopoldo Mancassola hace énfasis en que en un mundo donde solo 20 variedades de uva componen el 80% de la producción internacional, la misión consiste en redescubrir antiguas variedades que puedan crear vinos contemporáneos y sostenibles, atrayendo al paladar de los consumidores jóvenes.
Este ambicioso proyecto fue anunciado durante la presentación del nuevo libro de Graspo (Gruppo di Ricerca Ampelografica per la Salvaguardia e la Preservazione dell’Originalità e la biodiversità viticola) titulado «100 custodi per 100 vitigni – la biodiversità viticola in Italia», una envolvente experiencia en el mundo de las cepas italianas y un relato del trabajo de instituciones, centros de investigación y ampelógrafos de toda Italia.