A lo largo de los siglos, la arte y la viticultura han sido dos disciplinas muy apreciadas en la sociedad. A pesar de ser mundos aparentemente separados, en ocasiones se han cruzado, creando experiencias enriquecedoras que celebran la belleza de ambas. Este fue el caso el pasado 4 de mayo en Padua, cuando las mujeres, el vino y el arte se unieron en un evento singular.
Del palacio al vino, un recorrido inolvidable
La cita tuvo lugar en la famosa y antigua sede del gobierno de Padua, el Palazzo della Ragione, donde tuvo lugar una visita de orientación guiada. Los asistentes tuvieron la oportunidad de admirar el Ciclo Pittorico Trecentesco, un grupo de pinturas del siglo XIV con especial atención a las figuras femeninas. Las mujeres de la época, las protagonistas de las pinturas, dialogaron de manera ideal con las productoras de vino de hoy.
El recorrido culminó en una cata de vino, con tres variedades de Fior d’Arancio Colli Euganei Docg, dirigida por las mismas productoras. Cada vino se acompañó de un plato creado especialmente por el chef del restaurante de Padua, Balobino, que buscaba realzar las características de cada variedad.
Para el Fior d’Arancio Colli Euganei Docg spumante, se sirvió una base de amaranto inflado, vieira a la parrilla, burrata y crema de guisantes. Para el Fior d’Arancio Colli Euganei Docg secco, se ofreció una base de semillas tostadas, queso mozzarella, carne picada de res, endivias con anchoas. Y por último, el Fior d’Arancio Colli Euganei Docg passito se unió a una base al vapor, queso azul y cebolla caramelizada.
Este tipo de eventos muestra no solo la increíble fusión de arte, mujeres y vino, sino también cómo la historia y la cultura local se entrelazan para crear una experiencia única. Cada sorbo de vino no es solo un acto gastronómico, sino un viaje al pasado. Cada pintura no sólo es una obra de arte, sino un reflejo de las mujeres que las protagonizaron. En resumen, estas experiencias son un homenaje a la belleza de la vida, el arte y el vino.
