Cuando hablamos de proyectos emocionantes en el mundo del vino, Cigliano di Sopra definitivamente encabeza la lista. Este proyecto, fruto de la colaboración entre Maddelena Fucile y Matteo Vaccari, dio su primer paso en 2016 y en poco más de dos años, ya había producido sus primeros vinos.
La propiedad, que forma parte del patrimonio familiar de Maddelena, originalmente vendía vino a granel pero con el tiempo, pasaron de producir 1000 botellas en su año inaugural a actualmente producir 20 000 botellas de sus 7 hectáreas de viñedo, la máxima capacidad que permiten mantener. El viñedo está dividido en 11 parcelas y principalmente plantado con uvas Sangiovese.
Un cambio profundo en 2018
Los primeros dos años fueron de experimentación. Sin embargo, fue en 2018 cuando la pareja decidió poner toda su atención en la vinificación. Marcándose como objetivo un crecimiento sostenible hasta alcanzar las 12 hectáreas de viñedos y la producción de 35 000 botellas.
Maddeleina y Matteo, ambos licenciados en Enología por la Universidad de Florencia, han trabajado con grandes del vino como Raj Parr y Sashi Moorman en Domaine de la Côte, y en Evening Land en Oregón en 2017. Para ellos es primordial que «nuestras uvas provengan de esta tierra», según palabras de Matteo.
En su afán por mejorar, pasaron mucho tiempo entrenando su paladar con vinos de todo el mundo, descubriendo sabores y experiencias que antes desconocían.
El viñedo se sitúa en una finca con mucha porosidad y piedras de río, los suelos arenosos predominan en la parte oeste, siendo menos aluviales y más rocosos en la cara este. Según Matteo, el suelo de «arcilla/arena con piedras de río otorga una textura distintiva en boca».
Son muy conscientes de la necesidad de mantener un equilibrio en sus vinos y no pasar por alto los que muchos consideran «defectos» en el vino. Como bien dice Maddelena, «Raj [Parr] abrió una botella de JM Stephan que tenía todos los defectos del mundo pero estaba delicioso. La clave es el equilibrio».
Desde el primer momento, buscaban producir vinos excepcionales, pero con gran influencia del territorio y que representaran fielmente las características de la región del Chianti Classico. Para ello, utilizan principalmente técnicas tradicionales de fermentación y envejecimiento en madera.
Sumergirse en el mundo del vino y gestionar un viñedo no es tarea fácil. Cigliano di Sopra es un claro ejemplo de pasión y dedicación donde solo cuatro personas se encargan del trabajo de las siete hectáreas. Un trabajo duro y exigente que, sin lugar a dudas, está dando sus frutos.