Sumergiéndonos en el renombrado vin jaune
Adentrémonos en el intrigante mundo del vin jaune, más conocido como vino amarillo, una joya líquida con una personalidad arrolladora cuya cuna se encuentra en la francesa denominación de origen Château-Chalon. El vino amarillo es una auténtica rareza, capaz de sumergirnos en una degustación heterogénea e intensa, donde despliega una sinfonía de sabores y aromas únicos que, si bien pueden llegar a desconcertar al paladar más inexperto, sin duda maravillan a los expertos enológicos.
El misterio de su elaboración
La creación del vino amarillo es una labor delicada y llena de misterios. A diferencia de la mayoría de vinos blancos, se produce principalmente a partir del savagnin, una variedad de uva blanca local. Su peculiaridad reside en su método de vinificación: se deja fermentar en barricas de roble durante al menos seis años sin rellenar, permitiendo que se forme un velo de levura en su superficie conocido como flor.
Este sin igual proceso de fermentación, sumado a una lenta oxidación, genera excepcionales y particularísimos aromas en el vino. Este meticuloso proceso culmina cuando el vino es embotellado exactamente después de seis años y tres meses, en una botella propia del vin jaune denominada clavelin.
El mundo del vin jaune va mucho más allá de Château-Chalon. Aunque es el más conocido, existen otros vinos de la misma categoría en otras denominaciones como Arbois, L’Étoile y Côtes du Jura.
La notable durabilidad de este vino lo convierte en otra de sus características destacables. Tienen la capacidad de ser guardados durante décadas, manteniendo su sabor único y vibrante. A medida que pasa el tiempo, su paleta de aromas se expande, presentando notas de nueces, avellanas, trigo, tabaco o curry.
La Denominación de Origen Château-Chalon
En la región francesa de Château-Chalon se encuentra uno de los viñedos más respetados dedicados a la producción del vin jaune, cubriendo un área de 60 hectáreas en cuatro localidades. Situado en laderas de fuerte inclinación, el cultivo de la vid en este suelo tan particular obliga a los viticultores a realizar verdaderas proezas técnicas.
La especificidad del suelo y el clima desempeñan un papel fundamental en la obtención de este vino tan especial. La composición de la tierra, enriquecida con marga gris y azulada del periodo Lías y la gravilla procedente de los acantilados superiores, aportan su distintivo carácter. Beneficiándose de la protección de los vientos del norte y este que proporciona el cortado dominante, el viñedo consigue retener el calor, propiciando una óptima maduración del fruto, y con ello, la obtención de un vin jaune extraordinario.
Además, en esta prestigiosa región, se llevan a cabo minuciosos controles de calidad. Desde 1958, una comisión de control de la denominación de origen visita cada parcela de la viña antes de la vendimia para verificar que el fruto reúna todas las condiciones necesarias para producir un vin jaune digno de su fama. De esta manera, mantienen intacta la reputación de este inigualable tesoro enológico, conservando su exclusividad y el respeto que merece.