La rústica y auténtica belleza de los viñedos del Jura ha sido el lienzo sobre el que la historia de la familia Deriaux se ha ido dibujando a lo largo de más de cien años. Liderando el emblemático Domaine de Montbourgeau, continúan escribiendo esta crónica con una apreciación inigualable por el legado, el terroir y la modernidad.
De hombre a tierra: La evolución de Domaine de Montbourgeau
La colaboración de la familia Deriaux con la tierra y la vid comenzó en 1920, cuando Victor Gros adquirió la casa señorial y las tierras de Montbourgeau. En aquel entonces, la propiedad era un lugar de policultivo, con una pequeña viña, que mantenía el activo pese a que no era su principal actividad.
Sin embargo, su legado vitícola fue continuado y ampliado por su hijo, Jean, en la década de 1950. Jean amplió el espacio de vinificación del dominio y desarrolló y aumentó el viñedo hasta los cinco hectáreas, plantando uvas de chardonnay y savagnin, manteniendo la policultura.
Este relevo fue nuevamente protagonista en 1986, cuando Nicole Deriaux asumió el mando. Continuó desarrollando y perfeccionando las bodegas del siglo XVIII, aumentando la viña a siete hectáreas. Bajo su liderazgo, la producción de vinos en Montbourgeau se aventuró más allá de sus fronteras, exportando a los Estados Unidos, Canadá, el Reino Unido y también a Italia.
En 2016, la cuarta generación de Deriaux, César y Baptiste, eleva el listón aún más añadiendo innovaciones técnicas y territoriales. Son respaldados por su madre, Nicole, que les ayuda a añadir tres hectáreas más dedicadas a la producción de crémant.
El respeto al terroir siempre ha estado a la vanguardia en Domaine de Montbourgeau. Cada peldaño de su desarrollo se ha esforzado por maximizar el potencial del territorio clave delimitado por la Appellation d’Origine Contrôlée L’Étoile.
El desafío de la vendimia: un terroir sin par
El viñedo de Montbourgeau consta de 11 hectáreas divididas en parcelas a una altitud media de 250 metros. El desafío principal yoso singular terroir es la marne grise, una roca sedimentaria que combina caliza y arcilla. Esta roca tiene un «efecto esponja», absorbiendo y liberando agua según sea necesario, lo que exige un monitoreo cuidadoso del viñedo para la recolección en el momento óptimo.
Los Deriaux han demostrado su compromiso trabajando los viñedos de forma respetuosa, favoreciendo la reforestación en las laderas de la denominación y realizando la vendimia a mano, excluyendo la posibilidad de utilización de maquinaria.
Además, se ha buscado el equilibrio perfecto entre técnicas modernas y tradicionales en la vinificación. Los vinos se vinifican por parcela y se crían en barricas de 500 a 600 litros durante 18 meses. De hecho, desde 2017, los vinos tintos ya no se someten a filtración.
César y Baptiste continúan este camino de innovación y respeto por la tradición vitivinícola de la familia, que siempre ha centrado su atención tanto en la tierra como en el producto final. La combinación de técnicas novedosas y una comprensión profunda del terroir ha permitido a Domaine de Montbourgeau mantenerse al frente de los productores de L’Étoile.